jueves, 29 de enero de 2009

Atorrancia Sanitaria


En la misma acera donde está un comando de la G.N., nos encontramos con esta lindura: un perrito que se secó (de verdad) en su lecho de muerte, luego de varias semanas de haber perfumado toda la cuadra con su particular (y nada simpático) hedor.

No es tanto que el animalito se secára en el sitio, es la negligencia de no haberlo recogido a tiempo, recién muerto pues.

Destáquese el detalle de los gusanitos que revolotean en su ya deformado hocico, y la forma en que se cayó su pelaje.

¿Tienes algún conocido que quieras ver asi? Aqui en Venezuela Atorrante tenemos una larga lista.

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